Si hay una innovación que cambiaría por completo el modo en que diagnosticamos y tratamos a nuestros pacientes, sería diagnosticar un tumor sin necesidad de obtener tejido para microscopía. Si bien esto parece futurista, lo cierto es que hay muchos avances en lo que se llama imagenología molecular o molecular imaging que cada vez están más cerca de lograr diagnosticar enfermedades sin la necesidad de obtener un fragmento de tejido. Empecemos por ver qué es la imagenología molecular.
Una definición no muy nueva, pero clara aparece en un ejemplar del año 2001 del Journal of Radiology que dice que la imagenología molecular es la caracterización y medición de procesos biológicos in-vivo a nivel celular y molecular. Con esta definición cada vez que pedimos un PET scan estamos utilizando a la imagenología molecular: un test que busca mediante una sustancia, la 2-desoxi-2-(18F)flúor-D-glucosa o 18FDG, marcar in-vivo la actividad celular o metabólica de los tejidos que estamos estudiando. Si bien el PET scan no diferencia un tejido benigno de uno maligno, nos da una idea de la actividad metabólica que tiene un determinado tejido.

Pensemos ahora en qué sería si pudiésemos identificar una característica única de un tipo de tumor, como la expresión de una determinada proteína y desarrollar una sustancia que pueda ligarse de manera específica a esa proteína y que a la vez sea capaz de enviar una señal como lo hace la 18FDG para que sea detectada y visualizada. Es exactamente esto lo que intentaron hacer Okasunya y colaboradores publicando su experiencia en el último número de JTCVS.
En un excelente trabajo los autores fundamentan su teoría en la expresión selectiva de el receptor de folato alfa en la células tumorales del adenocarcinoma pulmonar. Así estudiaron el comportamiento de un compuesto llamado isocianato-fluorosceína-folato (FITC folato), que es capaz de unirse de manera selectiva a este receptor y enviar una señal fluorescente que es captada mediante imagenología óptica en el mismo quirófano.
El FICT folato tiene una especificidad del 80-90% por el receptor de folato alfa de las células tumorales. Estudiaron 50 pacientes con diagnóstico probado por punción de adenocarcinoma pulmonar que iban a ser operados. Antes de la cirugía se les inyectaba a los pacientes el compuesto FICT folato y una vez realizada la toracotomía, desinsuflado el pulmón e identificado palpatoriamente el tumor, se tomaba una imagen con el sistema imagenológico diseñado para detectar la fluorescencia de las células tumorales. Si bien sólo 7 de los 50 casos (14%) fueron positivos de manera intraoperatoria, una vez resecado el lóbulo y tomado una nueva imagen en una mesa de disección con el tumor un poco más expuesto en la pieza operatoria, fueron positivos 39 tumores más de los 43 restantes. La limitación está en la distancia que tiene el tumor de la superficie pleural.
Podrían pensar que sólo 7 de 50 casos fueron positivos de manera intraoperatoria y que hubo que resecar el pulmón para confirmar la positividad en 39 tumores más, pero este no es el hecho. La importancia de este estudio radica en el avance que se está haciendo para identificar histológicamente un tumor sólo mediante el uso de un agente que se liga de manera específica a las células tumorales. Piensen que todos los tumores positivos fueron efectivamamente adenocarcinomas, es decir que fue 100% específico, al menos en esta muestra de pacientes.
Este es solo el comienzo de lo que será posible con este tipo de tecnología y no me extrañaría pensar que en un futuro no muy lejano el diagnóstico oncológico pueda realizarse con el uso de las imágenes y de manera no invasiva.