En el año 2007 la IASLC publicó una propuesta para la modificación del descriptor T en la estadificación del cáncer de pulmón. Estos cambios propuestos fueron finalmente incorporados en la clasificación TNM del cáncer pulmonar constituyendo la estadificación que utilizamos en la actualidad.
En la última publicación del Journal of Thoracic Oncology, la publicación de la IASLC, se publica una nueva propuesta de revisión del factor T en la estadificación del cáncer pulmonar. Para desarrollar esta propuesta se creó una base de datos mundial en la que Instituciones de todo el mundo podían participar y hacer su aporte de pacientes con cáncer de pulmón. Así se reclutaron 77,156 casos que fueron analizados. El cáncer de pulmón más común fue el adenocarcinoma (64%), seguido por el carcinoma epidermoide (25%). 30,018 pacientes fueron tratados con cirugía, el 94% de ellos con resecciones completas. Las recomendaciones actuales de moficiación del factor T son las siguientes:
- Subclasificar los tumores T1 en:
- T1a: tumores ≤ 1 cm
- T1b: tumores > 1 cm y ≤ 2 cm
- T1c: tumores > 2cm y ≤ 3 cm
- Subclasificar los tumores T2 en:
- T2a: tumores > 3 cm y ≤ 4 cm
- T2b: tumores > 4 cm y ≤ 5 cm
- Reclasificar los tumores de > de 5 cm y ≤ 7 cm como T3 (son T2 en la clasificación actual del 2007)
- Reclasificar los tumores >7 cm como T4 (son T3 en la clasificación actual del 2007)
- Reagrupar a todos los tumores endoluminales bronquiales como T2, a menos que invadan la carina (recordar que de acuerdo a si estaban a más o menos de 2 cm de la carina se los clasificaba en T2 y T3, respectivamente)
- Reagrupar a los tumores que causan atelectasia lobar o pulmonar como T2 (en el TNM actual la atectasia completa es T3, no T2)
- Considerar a la invasión del diafragma como T4 (ahora es T3)
- Dejar de considerar a la invasión mediastinal como un descriptor T
Vemos que el tamaño se convierte en un componente cada vez más importante en definir el pronóstico de los pacientes con cáncer de pulmón y que con cada centímetro que aumenta el tumor, el pronóstico empeora. La implicancia es muy grande, especialmente si tenemos en cuenta lo que significa el retraso en el diagnóstico de esta enfermedad y por lo tanto la evolución y el crecimiento de estos tumores hasta que el paciente es finalmente tratado.
El tumor endoluminal adquiere una especial importancia y vemos que parece no ser tan importante a cuánta distancia está el tumor de la carina, siempre y cuando no la involucre. Similar es el caso de la atelectasia pulmonar: parece no ser tan categórico al distinguir pronóstico si la atelectasia es completa o no. Por último, la invasión del diafragma conlleva un pobre diagnóstico que convierte al tumor en un T4.
Merece destacarse el enorme trabajo realizado por el grupo de colegas que publica estas recomendaciones, pensemos que hasta hace 10 años nos manejábamos con el TNM publicado en la revista CHEST en el año 1997 realizado con 5,319 pacientes. Vemos acá el gran progreso colaborativo realizado para poder ahora tener información en base a más de 77,000 pacientes. Es probable que no sea suficiente y que aún falte mucho por hacer; pero mirando hacia atrás, el progreso no ha sido poco.