Impresión 3D en cirugía

El uso de la impresión 3D en cirugía 20150313_100337fue uno de los temas que se trataron en la 28º edición del General Thoracic Surgical Club (GTSC) que se realizó en Naples, Florida y de la que participé. Comencemos por entender qué es la impresión 3D. La impresión 3D tuvo sus orígenes en los años ‘80 como respuesta a la inquietud de producir modelos industriales en 3 dimensiones, sin originar desperdicios de materia prima. Este llevó al desarrollo de lo que se conoce como fabricación por adición que es un proceso en el cual se van agregando capas de materia prima a un modelo hasta obtener la versión final deseada. La fabricación por adición es el concepto central de la impresión 3D. Llevó varias décadas desarrollar impresoras 3D y softwares que fueran de uso más común. En la actualidad se cree que la industria de impresiones 3D es una de las más disruptivas que hay. Empresas como 3D Systems y Stratasys son los jugadores principales de esta industria.

Actualmente las impresoras 3D funcionan con diferentes tipos de materiales como por ejemplo plásticos. Con un modelo digitalizado en formato 3D (son varias las extensiones de documentos 3D, SLT es una de ellas), la impresora 3D genera el modelo sumando capas sucesivas del material con que funciona, hasta obtener un modelo como el de la figura.

¿Qué tiene que ver la impresión 3D con la cirugía? Ahí llegamos: con todas las imágenes disponibles de un paciente, TC, RNM, etc. las imágenes 2D que proveen estos estudios en versión DICOM pueden ser trasformadas en versión SLT y generar un modelo 3D. Cuanta más resolución tengan las imágenes que tenemos, más detallados serán las formas del modelo 3D. El caso de la foto es un tumor de Pancoast que invade los vasos subclavios, la primera costilla y parte de la 1º vértebra. Imaginen la posibilidad de discutir en equipo con un modelo como este cómo abordar esta patología. El neurocirujano podría ver con exactitud qué tanta vértebra tendrá que resecar, la necesidad de estabilizar la columna y podremos ver con precisión qué tan afectados están los vasos y los nervios. Y todo esto de manera simulada. Antes de iniciar cualquier tipo de cirugía, podríamos ver en el modelo de plástico, exactamente con qué nos vamos a encontrar en la cirugía.

Es verdad que actualmente hacemos estas cirugías sin necesidad de una impresión 3D, pero esto no significa que sea de utilidad disponer de un modelo de este tipo. Muchas veces estas innovaciones parecen redundantes, pero lo cierto es su uso racional nos ofrece mucho mayor detalle acerca de la cirugía que vamos a realizar. Demás está decir que el potencial educativo de esta tecnología es enorme:podríamos explicarle a nuestros residentes detalladamente qué es lo que vamos a hacer en este caso antes siquiera de haber llegado al quirófano.

Se preguntarán cuánto es el costo de esta tecnología. La verdad es que no parece una tecnología muy costosa. Por lo que pude averiguar hacer un modelo 3D como el de la foto podría salir unos USD 2000. Los modelos más grandes podrían costar hasta USD 5000. Las impresoras 3D se inician en aproximadamente unos USD 1000. Lo que parece más costoso es la mano de obra para realizar este trabajo, lo que incluye a la persona que realiza el trabajo de convertir las imágenes en formato DICOM a SLT. Hacer un modelo de este tipo podría llevar uno o dos días.

Este es un caso más que nos muestra cómo los límites entre las diferentes disciplinas es cada vez menos marcado. ¿Quién hubiese imaginado hace unos años que la impresión 3D podría utilizarse en cirugía? Y esto es sólo el comienzo, imaginen diseñar prótesis hechas a medida del paciente para luego ser impresas y utilizadas en una cirugía. La tecnología ya está aquí, sólo habrá que ver qué tipo de materiales podrán ser utilizados como materias primas de las impresoras y que sean biocompatibles. Este tipo de cosas serán hechos comunes en un cercano futuro; está en cada uno de nosotros identificar estas oportunidades en nuestras disciplinas y sumarnos.

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