La acreditación hospitalaria

La acreditación hospitalaria es un procedimiento utilizado en el mundo para respaldar la calidad de atención brindada por un hospital. En Estados Unidos, Centers of Medicare and Medicaid Services o CMS financia asi el 40% del gasto en salud y requiere a sus prestadores algún tipo de acreditación, que básicamente se presenta en dos tipos: acreditación privada o una inspección por agencias estatales. El 75% de los hospitales tiene una acreditación privada, principalmente realizada por la Joint Commission (JC) y el resto inspecciones por agencias estatales. La acreditación por la JC es un procedimiento que se hace cada 3 años, mientras que las agencias del estado realizan una visita anual para la inspección del hospital, que puede ser sorpresiva. La mayor parte de los hospitales, prefiere acreditarse por la JC a pesar de los costos de prepararse para la acreditación y la acreditación en sí misma, cuyo costo varía de acuerdo al tamaño del hospital.  

Un reciente artículo publicado en el British Medical Journal por colegas del Brigham and Women’s Hospital en Harvard, se propuso determinar si los resultados médicos en términos de mortalidad hospitalaria dentro de los 30 días, reinternaciones dentro de los 30 días del alta y escala de experiencia del paciente, era significativamente mejor en los hospitales acreditados por los acreditadores privados que por los inspeccionados por las agencias estatales. La hipótesis era que aquellos pacientes acreditados por acreditadores privados (principalmente JC) tendrían más recursos, debido a que invierten dinero en un proceso de acreditación más costoso y por lo tanto porían tener mejores resultados médicos.

La acreditación hospitalariaLos autores encontraron que la mortalidad dentro de los 30 días de la internación era levemente menor en aquellos hospitales acreditados por privados, aunque no lo suficiente para ser estadísticamente significativa la diferencia en base a su definición (10.2% vs 10.6%). La mortalidad de las condiciones quirúrgicas analizadas no fue diferente entre los grupos de hospitales (2.4% en ambos grupos). Las reinternaciones dentro de los 30 días en los hospitales acreditados por privados fue menor, pero no lo fue la reinternación dentro de los 30 días por condiciones quirúrgicas. La escala de satisfacción con la atención recibida, fue mayor significativamente mayor en los hospitales inspeccionados por las agencias del estado.

¿Qué nos deja este trabajo? Primero y principal que una acreditación del tipo que sea o inspección no garantiza resultados médicos. El estudio puede tener muchas limitaciones como no haber realizado un estudio de propensión comparando externaciones similares en ambos grupos. Sin embargo, presenta un alerta importante y es el de qué papel tienen las acreditadoras en el sistema de salud. Creo que resulta positivo para todos cuestionar estos preceptos y ver cómo se aplican estos conceptos a la realidad de cada uno. Es importante la participación directa de profesionales en contacto diario con pacientes en la confección de estándares o requisitos de una atención segura y de calidad para nuestros pacientes. De lo contrario, se corre el grave riesgo de que los requisitos los terminen dictaminando organizaciones con mucho poder de influencia y que podrían no reflejar las mejores prácticas médicas.

Más allá de las limitaciones metodológicas que podría presentar el mencionado trabajo, considero que es un tema que se debe discutir: creo yo que a los pacientes les importa más salir bien de su internación que si el hospital está acreditado o no. Pero esta es mi opinión. Sería bueno que los segundo garantice lo primero y realmente creo que muchas veces es así. Sin embargo, tenemos que aceptar que podría no ser así en todos los casos. Podemos brindar una excelente atención a nuestros pacientes porque sabemos que es lo que hay que hacer o hacerlo con el objeto de acreditar. Es como cuando estudiamos medicina: ¿lo hacíamos para aprender o lo hacíamos para aprobar las materias?

 

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